Concepción Arenal



“Mi vida ¿a quién importa?
¿Quién soy?

Una hoja caída

que un día barrerá

el huracán (...)”.


Estos versos introductorios son el modesto resumen autobiográfico de este personaje brillante, una de las mujeres más populares de la España del siglo XIX.

Concepción Arenal nació en una modesta casa del barrio de Ferrol Vello un 31 de enero de 1820. Su niñez transcurrió en La Coruña. Su padre, liberal constitucionalista, había sido sargento mayor y secretario político del Gobierno Superior de la Provincia de Galicia en 1820 que, por la violenta represión absolutista, sufrió persecución, cadena y destierro. Esos sufrimientos le llevaron a la muerte a los 39 años. Para Arenal, el recuerdo de su padre será una guía en su comprensión del dolor humano. En 1829 se traslada con su madre, de quien recibirá una férrea formación religiosa, a Armaño, en Santander. En 1834 se instala en Madrid para estudiar en un colegio de señoritas.
Siete años después, en contra de la oposición materna, entra, por primera vez en la Universidad española, como oyente en las aulas de Derecho, disfrazada con indumentaria masculina. Vestida también de caballero participa en las tertulias políticas y literarias, rechazando así la tradicional condición de mujer de su tiempo.

Acabó la carrera y, en 1848, se casó con el también abogado y escritor Fernando García Carrasco. Años después el matrimonio colaboró en el periódico liberal “Iberia”, pero en 1857 murió su marido y se quedó sin recursos.

Arenal no fue, únicamente, una prolífica teórica de prodigioso talento, sino que también practicó con tenacidad sus ideas, inspiradas en los principios de libertad, justicia y caridad. En 1859 fundó, en Potes, en donde residió después de vender sus bienes de Armaño por dificultades económicas, el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayuda de los pobres.

Dos años después, en 1861, la Academia de Ciencias Morales y Políticas la premió por su memoria “La beneficencia, la filantropía y la caridad”. Era la primera vez que la Academia premiaba a una mujer. En 1863 se convierte también en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres. Reside en La Coruña y en tres meses visita todas las cárceles de Galicia.

En 1868, Concepción Arenal es nombrada Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres. Tres años después sale a luz en Madrid “La Voz de la Caridad”, revista fundada por A. Guerola y Arenal y en la que escribe durante catorce años, destapando las miserias del mundo que la rodea.

Funda, en 1872, la “Constructora Benéfica”, una sociedad filantrópica de casas baratas para obreros. Organiza en España la Cruz Roja de Socorro para los heridos de la guerra carlista y será voluntaria durante varios meses al frente de un hospital en Miranda de Ebro. Es también una de las mentes más lúcidas de la historia de la medicina hospitalaria por sus aportaciones a la curación de enfermos, a la asistencia sanitaria y psiquiátrica, a la higiene y al papel de la mujer en las diferentes instituciones relacionadas con la cura de los enfermos. Con ella nace el feminismo en España, al romper con la tradicional marginación de la mujer y reclamar su protagonismo en todas las esferas de la vida social.

“Estudios penitenciarios”, “Cartas a los delincuentes” y “El visitador del preso” componen, dentro de su densa y prolífica obra, la trilogía de su pensamiento de penalista genial, lleno de gritos de piedad y de angustia.

Traducida a varios idiomas, fue inicialmente más apreciada en el extranjero, donde fue proclamada como una autoridad internacional en la materia creadora de su propia doctrina, sin seguir ninguna escuela penitenciaria. En aquellos años se le reservaba un lugar de honor en todos los congresos penitenciarios de Europa y los Estados Unidos, en los que participó sin estar nunca presente, pues no quiso salir del país. Sus magistrales informes son una lúcida y anticipada visión de muchos problemas futuros.

Concepción Arenal fue también poetisa, novelista, autora dramática y de zarzuela. Como periodista escribe en numerosas revistas especializadas, tanto en España como fuera, ayudada por su conocimiento del francés y el italiano. Firmó artículos en la prensa gallega y en la de la emigración en Cuba.

Esta penalista murió en Vigo el 4 de febrero de 1893,tras una penosa enfermedad. Después de muerta, la publicación de sus obras completas en 23 tomos fue costeada por su hijo y tuvo varias ediciones.

Pensadora, modesta e inconformista, con una inagotable bondad, un agudo sentido de la justicia como expresión de sus ideas filantrópicas cristianas -con ciertas concomitancias con el socialismo utópico- y una rebeldía liberal, Concepción Arenal tuvo un tardío reconocimiento en su ciudad natal, pues fue la última de todas de las que levantaron una estatua en su ilustre memoria.

Frases celebres de

"Sustituir el amor propio por el amor a los demás es cambiar un tirano insufrible por un buen amigo."
"El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído."
"La pasión para el hombre es un torrente; para la mujer, un abismo."
"La felicidad es ciega, sobrado arrogante para ver precipicios bajo las flores que cubren su camino."
"Proteger el trabajo es proteger la virtud, consolar dolores, arrancar víctimas al crimen y a la muerte."
"No es tan culpable el que desconoce un deber como el que lo acepta y lo pisa."
"A veces damos el nombre de favor a la justicia, y creemos de muy buena fe que fuimos buenos y generosos cuando no hemos sido más que justos."
"Hay tanta justicia en la caridad y tanta caridad en la justicia que no parece loca la esperanza de que llegue el día en que se confundan."
"Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican."
"El dolor, cuando no se convierte en verdugo, es un gran maestro."
"La democracia, como la aristocracia, como todas las instituciones sociales, llama calumnias a las verdades que le dicen sus enemigos y justicia a las lisonjas de sus parciales."
"Un hombre aislado se siente débil, y lo es."
"El error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea."
"La caridad es un deber; la elección de la forma, un derecho."
"Cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie."
"No hay animal tan manso que atado no se irrite."
"El pobre se arruina en el momento en que deja de ser sobrio."
"Las malas leyes hallarán siempre, y contribuirán a formar, hombres peores que ellas, encargados de ejecutarlas."
"La injusticia, siempre mala, es horrible ejercida contra un desdichado."

Obras de Concepción Arenal

Obras completas. Madrid: Victoriano Suárez, 1894-97, 23 vols.
    El primer tomo de estas Obras fue editado por Rivadeneyra, el resto por Victoriano Suárez.
    Tomo 1 contiene su biografía y la obra El visitador del pobre. Tomo 2 La beneficiencia, la filantropía y la caridad. Tomo 3 Cartas a los delincuentes. Tomo 4 La mujer del porvenir y la mujer de su casa. Tomo 5 Estudios penitenciarios I. Tomo 6 Estudios penintenciarios II. Tomo 7 La cuestión social: cartast aun obrero . Tomo 8 La cuestion social: cartas a un señor. Tomo 9 Ensayo sobre el derecho de gente. Tomo 10 Las colonias penales de la Australia y la pena de deportación. A todos. Examen de las Bases aprovadas por las Cortes para la Reforma de Prisiones y La cárcel llamada modelo. Tomo 11 La instrucción del pueblo. Observaciones sobre la educación física, intelectual y moral de Herbert Spencer. La instrucción del obrero y La educación de la mujer. Tomo 12 El derecho de gracia ante la justicia . El reo, el pueblo y el verdugo o la ejecución pública de la pena de muerte El delito colectivo. Tomo 13 El visitador del preso. Tomo 14 Informes presentados en los Congresos penitenciarios de Estocolmo, Roma, San Petersburgo y Amberes. Tomo 15 El pauperismo, I. Tomo 16 El pauperismo, II. Tomo 17 Memorias sobre la igualdad social y política y sus relaciones con la libertad y Consecuencias de la desigualdad social del hombre y la mujer. Tomo 18 Artículos sobre beneficiencia y prisiones, I. Tomo 19 Articulos sobre beneficienciay prisiones ( contiene el artículo Pobres mujeres), II. Tomo 20 Articulos sobre beneficienciay prisiones ( contiene el artículo Carta de un aficionado a toros y Contestación), III. Tomo 21 Artículos sobre beneficiencia y prisiones, IV. Tomo 22 Artículos sobre beneficiencia y prisiones, (contiene además: Estudios sobre el trabajo de las mujeres en París, por Carolina de Barrau y Asociacioes para la enseñanza de la mujer), V. Tomo 23 Cuadros de la guerra.
Obras completas. Madrid: Tip. Huelves y Cia., 1934.
Obras completas. Bilbao: Editorial Vizcaína, 1908.
Fábulas en verso. Madrid: Imp. T. Fortanet, 1851.
La Beneficiencia, la Filantropía y la Caridad. Madrid: Colegios de Sordomudos, 1861.
    Obra merecedora del Premio de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1860. Al saber los académicos que era una mujer la autora de dicha obra, deliberaron si la podrían premiarla o no. Los académicos acordaron que sí, con lo cual Concepción Arenal se convirtió en la primera mujer premiada por una Academia, quedando así su fama consolidada.
Manual del visitador del pobre. Madrid: Imp. a cargo de R. Ludeña, 1863.
    En esta obra, Concepción Arenal da un nuevo enfoque al concepto de la pobreza. Ella escribe, "Presumimos de gigantes contando por estatura propia el pedestal en que nos colocó la fortuna. Todos hemos formulado u oído formular ciertos cargos contra el pobre...; si en vez de decir el pobre dijéramos la pobreza, seríamos más exactos" (74).
Manual del visitador del pobre. Madrid: Nuevas Gráficas, 1959.
Cartas a los delincuentes. La Coruña: Imp. del Hospicio, 1865.
    Concepción Arenal no exime nunca de responsabilidad al que comete delitos; puede comprenderle pero no disculparle. Ella les dice: "Todos tenemos la predisposición a buscar en los escritos más bien lo que nos halaga que lo que nos instruye; todos nos inclinamos a mirar en nuestros males más bien la obra de los demás que la nuestra propia: todos prestamos fácilmente oído a quien acusa al que nos ha condenado" (218-219).
La mujer del porvenir. Sevilla: Eduardo Perié, 1869.
    Es una obra que nace con el propósito, muy ilustrado y feijooniano, de desvanecer errores que existen en la opinión de la mayor parte de la sociedad sobre la mujer
La mujer del porvenir. Madrid: Ricardo Fe, 2a. ed. corr. y aum., 1884.
La mujer del porvenir. Barcelona: S. General de Publicaciones, 1934.
Las colonias penales en Australia y la pena de deportación. Madrid: Imp. Eduardo Martínez, 1877.
    En 1875 la Academia de Ciencias Morales y Políticas premia esta obra que llevaba el lema "Decidnos cuál es el sistema penitenciario de un pueblo y os diré cómo es su justicia".
Estudios penitenciarios. Madrid: T. Fortanet, 2a. ed., 1877.
    Obra nacida a raiz de la preocupación penalista de Concepción Arenal. En esta obra, Concepción Arenal propone que los presidiarios sea trasladados en vehículos especiales, y no, encadenados viajando a pie por los caminos.
Ensayo histórico sobre el derecho de gente. Madrid: Imp. Revista de Legislación, 1879.
    Con esta obra Concepción Arenal gana fama internacional. En ella repulsa a la guerra, sólo admisible para defenderse del ataque de otro país, "para defender el derecho que no puede sostenerse sin ella" (187). Esta obra es la más importante obra jurídica sobre derecho internacional.
La cuestión social. Cartas a un obrero y a un señor. Ávila: La propaganda literaria, 1880.
    Obras en su época de un gran valor social y psicológico. En Cartas a un señor dice, "siendo yo radicalmente reformista, soy resueltamente antirrevolucionaria, o lo que es lo mismo, condeno en absoluto la apelación a la fuerza para derribar el poder constituido hoy en la España de Europa".
Cuadros de guerra. Ávila: La propaganda literaria, 1880.
    Esta obra fue escrita a raiz del contacto directo de Concepción Arenal con la realidad más cruenta de la tercera guerra carlista (1872-1876). En esta obra, Concepción Arenal retrata escenas dolorosas que ella misma presenció en el discurrir de la guerra.
La instrucción del pueblo. Madrid: Tip. Guttenberg, 1881.
    Obra premiada por la Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1878, sobre el tema "La primera enseñanza. ¿Debería ser obligatoria? ¿Debería ser gratuita? Medios más eficaces para obtener el cumplimiento de aquel deber por las familias." En esta obra, Concepción Arenal señala la ignorancia como el obstáculo más importante con que se encuentra el progreso.
La mujer en su casa. Madrid: Gras y Comp. Edit., 1883.
    Obra en que Concepción Arenal expone los problemas y las injusticias sociales que sufre la mujer, concluyendo que la ignorancia, la falta de cultura de la mujers, es responsable de que ésta no tenga derechos políticos y sus derechos civiles sean discriminados respecto a los del hombre.
El derecho de gracia ante la justicia y el reo, el pueblo y el verdugo. Madrid: La España moderna.
    En esta obra, Concepción Arenal aborda el problema de la pena de muerte. Concepción Arenal no se muestra contraria a dicha pena máxima, por el contrario afirma "Quién mata debe morir." Concepción Arenal propone que la ejecución no debe ser pública y el garrote debe ser sustituído por la electricidad.
La cuestión penitenciaria. Santiago de Compostela,: Ed. Compostela, 1991.
El visitador del preso. Madrid: Asociación de colaboradores con las presas, 1991.
    Obra de espíritu similar al del Manual del visitador del pobre y en ella Concepción Arenal aborda los conceptos de delito, delincuente, arrepentimiento, enmienda, etc. Y recuerda el deber del visitador de procurar la adaptación y resignación del preso.
Cartas inéditas del Concepción Arenal. Manuel Gutierrez Carrajo, ed. La Coruña: Org. ofic. de la admón.1984.
    Estas cartas abordan temas como las causas de la miseria, el capital, las huelgas, el socialismo, la asociación, los impuestos, la Internacional, la igualdad, la familia, la propiedad, el comunismo, la patria, etc.
Algunos poemas de Concepción Arenal.

FÁBULAS EN VERSO

El sobrio y el glotón
El río y el arroyo L
El oso y el lobo
El león enfermo
La pera verde y podrida
La verdad en la feria
El perro y el gato
Los dos caballos
El espejo y la verdad
El testamento del león
El aturdido
El mastín y el gallo


EL ESPEJO Y LA VERDAD

En uno de los viajes
Que tuvo la mala idea
De hacer no sé con qué objeto
La Verdad sobre la tierra,
Oyó de un espejo amigo
Sentidas y amargas quejas.

«¿De qué me sirve decía
Que, fiel a tus advertencias,
Repita forma y colores
Con semejanza perfecta,

Lo mismo al pobre mendigo
Y al que nada en la opulencia,
Al labrador y al herrero
Como a los reyes y reinas,
Y diga la verdad pura
Sin rodeos ni cautelas?

Vanse de mí satisfechos,
Aunque increíble parezca,
Igualmente los hermosos
Que los de horrible presencia.

Digo a un viejo: «Esa peluca
Se ve desde media legua.»
Y él va muy hueco pensando
«Nadie que es peluca acierta.»

Dígole: «Tienes arrugas»,
A una remilgada vieja,
Y ella piensa allá entre sí:
«Pues tengo la cara tersa.»

Pónese el chato narices,
Otro va y se las cercena,
El gordo se quita carnes,
El que es flaco las aumenta,

Multiplícase el pequeño,
El que es muy alto se resta,
Y, en fin, a ninguno he oído:
«¡Qué feo soy! o «¡qué fea!»

Si algún remedio eficaz
No buscas de esta epidemia,
Teme que tu santo imperio
Del mundo desaparezca.»

«No, respondió la Verdad
Con la faz grave y serena
Mi dominación es justa
Y será por eso eterna.

Si tal vez por excepción
Se sustrae el hombre a ella,
Esta excepción que te irrita
Casos hay en que aprovecha.

Di: ¿si sordo el amor propio
A tus verdades no fuera,
Cómo se consolarían
Los horribles y las feas?

¿Qué mal hay si va una joven,
Muy erguida y satisfecha,
Su fealdad ostentando
Como si fuera belleza?

¡Es ridícula! ¿Qué importa
Siempre que dichosa sea?
Abunda la vanidad
Porque el mérito escasea,
Y en paz vive cada cual
Ignorando su miseria.»

Al ver un ente risible
Que hueco se pavonea,
Más vano por sus defectos
Que otros hay con sus bellezas,

Los sabios de brocha gorda
El absurdo cacarean,
Y el hombre bueno y prudente
Bendice a la Providencia.

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