“Mi vida ¿a quién importa?
¿Quién soy?
Una hoja caída
que un día barrerá
el huracán (...)”.
Estos versos introductorios son el modesto resumen autobiográfico de este personaje brillante, una de las mujeres más populares de la España del siglo XIX.
Concepción Arenal nació en una modesta casa del barrio de Ferrol Vello un 31 de enero de 1820. Su niñez transcurrió en La Coruña. Su padre, liberal constitucionalista, había sido sargento mayor y secretario político del Gobierno Superior de la Provincia de Galicia en 1820 que, por la violenta represión absolutista, sufrió persecución, cadena y destierro. Esos sufrimientos le llevaron a la muerte a los 39 años. Para Arenal, el recuerdo de su padre será una guía en su comprensión del dolor humano. En 1829 se traslada con su madre, de quien recibirá una férrea formación religiosa, a Armaño, en Santander. En 1834 se instala en Madrid para estudiar en un colegio de señoritas.